MENSAJE DE

NAVIDAD





DEL ILUSTRE REGENTE DE LA

GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL,

SUBLIME MAESTRE

DOCTOR SERGE RAYNAUD de la FERRIÈRE


















NOTA: La portada es una representación de La Virgen Madre y Esposa Divina, en su fase matriarcal para la procreación del Héroe Redentor, el Re-Nacimiento Espiritual del Hombre (Maduro) - Hijo de Dios.

La realización pictórica estuvo a cargo de la pintora contemporánea Elsa Martha Franco y ha sido autorizada por el S. Maestre para esta carátula, así como los textos e ilustraciones da este Tomo.






Profunda expectación ha causado en los Estados Unidos un hecho hasta ahora inexplicable, que consiste en que, en la foto que fue tomada durante un combate aéreo en Corea, entre los dos aviones enemigos, apareció la figura de Cristo. La placa fotográfica fue enviada desde Chicago al pueblo de Ashland, Estado de Kentucky, donde apareció publicada en el periódico “Independent”, de dicha localidad. Fue tal la expectación causada en la región por el hecho, que se agotó la edición del periódico mencionado, siendo necesario hacer un sobretiro, que igualmente circuló profusamente en toda la comarca. El propio fotógrafo, cuando se enteró del fenómeno captado por la placa, se quedó maravillado, sin saber a qué atribuir el hecho que ha producido honda emoción en todo el mundo. (Texto de la portada del diario El Universal Gráfico, de México D. F., del 20 de septiembre de 1951)

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Desde 1948, el signo del Hijo del Hombre, el signo zodiacal del Aguador apareció en el cielo y los científicos del mecanismo planetario anunciaron el comienzo de la Nueva Era, la Edad del Aquarius (consecuencia de la entrada de la constelación Aquarius, actualmente presente en el punto vernal de la eclíptica). Además de este testimonio científico, simbolizado por lo que es conocido en Astronomía como “Precesión Equinoccial” la figura de Cristo apareció CONCRETAMENTE en el cielo de Corea, a fin de que se cumplieran las profecías y que fuera indicado verdaderamente el comienzo del Reino del Hijo del Hombre. (Mensaje de Navidad del S. MAESTRE.)






Foto del Sublime MAESTRE, Dr. Serge RaYNaud de la FerRIère.

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La parte final de este Mensaje es el llamamiento del MAESTRE, es el Mensaje de Navidad de la Nueva Teofanía, de la Segunda Venida, de Su Presencia, la cual coincidió con el fenómeno astronómico (matemático) de la entrada de la Nueva Edad Acuariana en 1948, de acuerdo al ambiente científico de este ciclo. (Introductio in Theophaniam Novam, por el Gurú D. Ferriz O.)



INTRODUCTIO IN THEOPHANIAM NOVAM



POR EL GURU DR. DAVID FERRIZ OLIVARES



DISCIPULO DEL S. MAESTRE DR. SERGE RAYNAUD DE LA FERRIERE



...Bajo el aspecto especial de síntesis universal que es aquel de la Segunda Venida, la cual marcará el cierre del ciclo humano actual...”

S.Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière (Propósitos Psicológicos, Tomo XXXI).



La entrada de la Nueva Era Acuariana a partir de 1948 ha sido acompañada de sucesos y símbolos de alta significación Divina que indican al género humano pautas y métodos iluminadores para el despertamiento interno del hombre y para el reconocimiento del actual retorno de CRISTO y la señal definitiva de su presencia en la tierra, que ha sido ya reconocida por los que tienen “ojos y oídos”.

Concerniente a ello, entre las profundas Obras que el S. Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière ha dado a la humanidad, se encuentra este mensaje de navidad, el cual está presentado en tres estilos: el comienzo, dentro de una usanza de expresión del siglo XIX, que expone símbolos teogónicos de Navidad; más adelante, unos apuntes seráficos del siglo XVIII, y la parte última que constituye la summa y el llamado de este mensaje del MAESTRE.

En las primeras páginas está presentada la simbología Divina-Social de Eva-Maria cuyos atributos obran ante el criterio de los hombres y ante el dictamen de Dios, según su diferente aplicación.

Es oportuno recoger al respecto unas palabras del S. Maestre en las páginas 29 y 30 de la Serie de los Propósitos Psicológicos, Tomo XXX, edición de Nice (texto original según edición francesa):

".... esa deducción del Femenino-Creador —de la cual se puede discernir el fundamento ‘experiencial’ de toda sofiología— y del cual resulta que el ser femenino es la Teofanía por excelencia y no podía, bien entendido, acomodarse conforme la exégesis tradicional de la Mito-Historía de Adán. En efecto, nuestros místicos han sido conducidos a expresar el acontecimiento que ellos sufrían en sí mismos, agrupando de manera nueva las figuras simbólicas y ese es un punto de importancia. Parece ser, para la psicología religiosa, que ellos aquí fueron conducidos a la configuración de una cuaternidad. A la pareja Adán-Eva va a oponerse corno complemento necesario la pareja Maryam-Jesús (en Gnosis cristiana diríamos Sophia-Christos, teniendo siempre aquí en cuenta las diferenciales). De la misma manera que existía un femenino cuya existencia procedía de un masculino sin la mediación de una madre, a saber, Eva, creada de Adán; así mismo era necesario que existiese un masculino procreado de un femenino sin la mediación de un padre, y así Jesús fue procreado de Maryam. En la persona de Maryam, el femenino está investido de la función creadora activa, a la imagen de la Sophia Divina. La relación de Maryam hacia Jesús forma pues el antitipo de la relación de Eva hacia Adán. Aquello que se expresa en esa cuaternidad (con los cambios de calificaciones del masculino y del femenino) es de esta manera el símbolo y la ‘cifra’ de la sofiología aquí analizada.

“Esa preexcelencia del femenino-creador como epifanía de la belleza divina, va a expresarse en paradojas admirables: ella será percibida en el plano metafísico del nacimiento eterno de los seres, como un plano del segundo nacimiento, aquel que modelando el ser del místico, según esa Imagen precelente, hace brotar en él el supremo secreto de su vida espiritual”.

Más adelante, es interesante observar el paralelismo cósmico que el R.. P. Serafín de San Felipe manifestó en el Siglo XVIII acerca del sol representando al Cristo y la luna a María, lo cual confirma una vez más la riqueza de la cosmología esotérica preservada a través de los siglos dentro del simbolismo cristiano. Dicho pasaje se transcribió al final del Mensaje para conservar su propiedad histórica, en su forma original que data del siglo XVIII. Podrían citarse también las obras “Secreta Alchimia Magna” y “Tractatus Alchimiae” del Doctor Angélico Santo Tomás de Aquino, así como la obra “De Alchimiae” de su Maestro San Alberto Magno.

La parte final de este Mensaje es el llamamiento del Maestre, es el Mensaje de Navidad de la Nueva Teofanía, de la segunda venida, de su presencia, la cual a los 33 años de edad coincidió con el fenómeno astronómico (matemático) de la entrada de la Nueva Edad Acuariana en 1948, de acuerdo con él ambiente científico de este ciclo.

San Juan, Cap. XVI, vers. 13.

Que el lector encuentre en este tomo, altos motivos de búsqueda, de indagación, que le otorguen alcanzar el contacto directo con las enseñanzas iluminadoras del S. Maestre para esta Nueva Era de Sabiduría Activa, de Síntesis y Fraternidad Universal.



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MENSAJE DE NAVIDAD



QUIENES ENTIENDEN LA SIMBOLOGIA: PUEDEN REALIZAR LA VERDAD



Creó Dios al primer hombre en el estado feliz de la inocencia, y gozaba de tan Universal Imperio en la Naturaleza, que todos le obedecían con equidad y razón. Pero el ingrato Adán pecó faltando a su deber, por no dejar de cumplimentar a quien amaba. Eva se arrojó al veneno que estaba revestido con el engaño y la hermosura, y se entregó al interés del gusto, y no reparó en disfrutar falsamente una Divinidad prometida, sin advertir que podía costarle esa afrentosa ignominia, el quedar desnuda y sin atavío; y con la mancha del escándalo hasta la posteridad de sus hijos.

No incurrió en esta excusable línea de conducta el primer hombre, dice Pablo (Primera Epístola a Timoteo Cap. II-14: Adam non est seductus, mulier autem seductus fuit), sino que se arrojó advertida y voluntariamente al precipicio, valorando más ser cumplido en un empeño que lo perdía, que en el deber que lo conservaba dichoso en las bienaventuranzas, por lo cual perdió de repente el absoluto dominio de que gozaba y se rebelaron desde fuera todos como enemigos contra él y se le declararon desde dentro indómitas todas las pasiones. Así se acabó todo el Imperio del primer hombre y como solamente Dios mismo podía reformar y reparar tan numerosos daños y quiso redimir tantas pérdidas, dio existencia a María Santísima para tomar de sus Purísimas entrañas el vestido de nuestra inmortalidad, cuando se acercó el tiempo de vestir el hábito hecho con nuestra naturaleza; creóla en gracia y justicia original, y debido a que ella nunca se vio privada de sus candores gozó siempre del absoluto Imperio de la Naturaleza desde su eterna predestinación.

Hasta los más incultos entendimientos conocen con evidencia, que la causa actualísima de todas las causas es solo Dios. Es el Creador de todo lo que tiene ser, porque con el brazo poderoso de su Omnipotencia, da existencia a todas sus maravillosas obras “ad. extra” una vez que sean cumplidas las Emanaciones Divinas: “ad intra”. Como María había de gozar el absoluto Imperio de la Naturaleza, fue presentada ante toda criatura por la mente Divina. No se trata aquí de prioridad de tiempo, pues como Dios es acto purísimo y actualísimo, ni la hay ni la hubo jamás; solo entiendo la prioridad de razón, de dignidad y de excelencia; se dice que Christo es el primer predestinado, así María, después de Christo, es la primera predestinada en la mente Divina.

Llegóse el dichosísimo tiempo, tan deseado y suspirado de los SS. PP., para el cual tenía Dios decretada la existencia de María y envió al Consistorio Divino y Arcángel S. Gabriel a los SS. desposados Joaquín, de la Tribu de Zabulón, y a Ana, de la Tribu de Judá. Aseguróles de parte de Dios, la Inteligencia y el dichosísimo fruto de bendición que concebiría y pariría Ana: una hermosísima Niña a quien pondrían por nombre María. Era Ana estéril por naturaleza y Joaquín se hallaba ya fuera de tiempo por su crecida edad. Veinte años antes, cuando Joaquín entró en el estado conyugal, tenía 46 años de edad y Ana 24; se deduce con evidencia que Ana tendría 44 años y Joaquín 66.

Son inescrutables y ocultismos los juicios de Dios (Romanos 11-33 “incoprache fibilia fut judicia cirus et invefrigabiles vise cius”) porque a ninguno llamó jamás por consejero. Tenía el Altísimo decretada la suma pureza para los materiales de que había de construirse el portentoso crisol de María: pudo haber dispuesto su concepción a través de una proporcionada Doncella, pero a pesar de ser este orden más puro, dispuso el omnipotente Señor que corriese todo dentro del orden común. No podemos concebir los altos fines de la Providencia, por ello digo, según los alcances de nuestra capacidad, que así lo dispuso el Divino beneplácito para que fuese más singular la fecundidad y virginidad de María, pues de otra suerte, escribe San Bernardo, no se hubiera honrado la pureza de María, sino que se le habría quitado todo su esplendor y hermosura.

Al nacer de una Virgen, en esa obra sólo se hubiera campeado el Poder de Dios, mas concibiéndose en una casada, se ve resplandecer el Imperio de María en la Naturaleza, pues a pesar de ser su concepción del orden común de las concepciones, se observa que sus materiales están libres de toda mácula y mancha común.

Así pues convino que en uno y otro sexo, dilatara María su Imperio, pues teniendo la sustancia corporal del uno y del otro, fue preciso que tuviera inclinación natural a uno y otro sexo y que de alguna manera tuviera también la obligación natural de atenderlos con su Imperio. De ahí que haya sido dentro del orden común de las demás concepciones; mas para mostrar el Imperio de María, el Altísimo la eximió de lo imperfecto y desordenado.

Una vez que la Naturaleza de los Padres hizo lo absoluto de su fuerza y produjo en seguida su efecto, Dios puso término y previno así la Gracia para que no hubiera imperfección. Cuando la Naturaleza quiso obrar ya no tuvo lugar para ello, por lo cual dijo el Ángel a Santa Ana, que había de ser su Hija bendita entre todas las mujeres.

Del excelso Líbano, por intermedio de Joaquín y Ana, escogió Dios esa singular hermosura para coronar su Imperio con todas las gracias y privilegios de la Naturaleza. Cuanto produce ese elevado Monte de Fenicia, son los nevados candores de procerosos cedros, porque nunca dio asiento a pequeño árbol ni a viciada planta de insectos y viciados accidentes. No había en los materiales de María cosa pequeña por cuanto que en ellos se preparaban y disponían superados, la pureza y el candor más eminentes. También del incorruptible cedro, mandó Dios a Noé que fuesen los materiales de aquella misteriosa Arca, porque si en ella había de entrar Noé, y salvar del Diluvio las reliquias del género humano, razón, era, que habiendo de andar esta Arca sobre todas las aguas del Diluvio, fuera esta materia la más escogida del incorruptible cedro. En la misteriosa Arca de María había de hospedarse el Divino Verbo, para redimir del diluvio universal de la indignación Divina a todo el linaje y género de los hombres; sobre todas las aguas de la humana Naturaleza, habría de andar próspera y segura, porque soberanamente había de tener sobre ella el absoluto Imperio; razón era pues que del mejor y más incorruptible de los cedros del celebrado Líbano fuesen sus materiales escogidos y prevenidos.

“No hay criaturas más bellas en la esfera de lo creado, que el Sol y la Luna y a estos dos luceros redujo toda la hermosura el Autor Divino (Cántico VI-l0). Trae María, sin que puedan llegar a su cuerpo, por manto el Sol y debajo de sus pies la Luna (Apocalipsis XII, vers. 1); pues las mayores y más peregrinas hermosuras pueden servirle como siervas, mas no para vestir de colores su belleza”. Así se expresan los Doctores en Theología y tenemos muchas pruebas de que la Iglesia Católica no rechaza de ninguna manera la Simbología. Por ejemplo, el R. P. Serafín de San Felipe, de la esclarecida y Seráfica Orden de los Capuchinos, del cual tomo aquí algunos apuntes, de su obra “El Imperio de María” (Imprimatur De Siera Regens, 26 de Junio de 1742; Aprobación del M. R. P Fr. Antonio Sierra, Lector Jubilado Calificador del Sto. Tribunal de la Inquisición).

“Siendo el Sol el más vivo retrato de Christo, es la Luna la más parecida Imagen de María. Esto por supuesto en las Divinas letras, no sé si alguno sabrá decirme la razón, por la cual en todas las operaciones, o sean de los médicos, o sean de labradores, o marineros, o de cualquier semejante a estos, se haga siempre tanta cuenta en tener propicia la Luna, como tengo advertido en el núm. 39 de este Reino (1).

“No se mira tanto a Júpiter, Saturno, Marte, Venus, Mercurio, y aun si queremos decirlo como pasa, ni al mismo Sol; sólo la Luna se observa, pues no es acaso el Sol planeta más noble que ella (por no hablar de los otros) de virtud más universal, más vivifica y en suma más varonil? No hay duda, pero debéis saber que ni del Sol, ni de ningún otro Planeta baja a la tierra inmediatamente influjo alguno, sino como dicen los peritísimos Astrólogos, todos los recibe primero en sí misma la Luna, la cual enviándolos después a aquel conforme son enderezados, tiene gran virtud para alterarlos y regularlos en su pasaje. Veis aquí expresada en la manera más viva que traer se puede (si yo no me engaño) la razón de observar sólo la Luna para las operaciones humanas. Es Christo el Sol, planeta generalísimo y fuente de vida de todos. Son los Santos Planetas y Estrellas puestos en su divino Orden y en la Virgen Santísima la Luna Perfecta, que por tal reconoce toda la Iglesia”.

En el Capítulo IX (55) del “Imperio de María”, en las Imágenes, se dice también: “No fue presumida vanidad, sino discreción atenta del Gran Alejandro, el prohibir que ninguno lo retratase, sino Apeles con el pincel, y Elisipo con el buril le esculpiese, porque en valor, y fuerzas y por un portento de naturaleza, había de ser un Apeles que en su Imagen tirase los colores, o un Elicipo que con el buril abriese campo a sus estatuas. No soy Apeles, y si no pretendo de tan Divina Señora formar Estatuas, ni Imágenes, pero si acaso tirase alguna línea, podrán todos decirme lo que dijo Zeusis viendo la Imagen de Venus que mandó sacar un discípulo suyo: ‘fecisti divitem, quia non potuisti facere pulchram’, hicístela rica porque no la pudiste hacer hermosa. Sólo intento mostrar el Soberano imperio de sus mismas Imágenes en que rendidos todos la veneramos. Es notable el cuidado que tuvo Dios de esparcir en todas las edades y siglos Imágenes de María, sacadas del original oculto ab Eterno en su Divina mente. Fueron Imágenes de María: la Luz, la Luna, el Arca de Noé, el Arca del Testamento, la Escala de Jacob, la Vara de Aarón, la Columna del desierto, la Nube de Elías, el Templo de Salomón. Una Imagen fue Eva, otra Sara y Raquel, otra Judith, Ester, y así otras innumerables, en símbolos, figuras y personas, y siendo el Original uno, se mira en tantas Imágenes multiplicado para favorecernos María, y la obligación que de venerarla tenemos todos”.

Lo siguiente es extracto del Capítulo II (17) del “Mérito del Soberano Imperio de María en el Cielo”: “Doctrina es de los Astrólogos, que el sol en el espacio de 24 horas, anda 26.296.125 millas.

“Sin embargo de esta velocidad, es mayor la del primer Móvil, y como la voluntad es potencia espiritual es en sus actos mucho más veloz que el Sol, el Firmamento y el primer Móvil y así María en sus actos fue mucho más veloz que todos estos.

“Indubitable sentir es de los SS. PP. que en su Instante primero le fue comunicada más gracia a María —que no fue la consumada a todos los hombres y Ángeles—, y que empezó a merecer en su Instante primero. Fundado todo en la doctrina de Gerson que dice que María en las entrañas de su Madre, cuanto los Bienaventurados en la Patria, en sus actos meritorios, siempre fue intensísima, como dice mi Seráfico Doctor San Buenaventura, para saber el grado de gracia en que empezó a merecer María, es preciso saber primero el que han tenido ‘los hombres y los Ángeles, y suponiendo un solo grado en cada individuo de ellos, multiplicando por 10, es preciso salga, según mi cuenta fijamente el grado de María.

Hombres:

164 mil millones de grados de gracia

Ángeles:

1640

Arcángele

16400

Principado.:

164000

Virtudes:

1640000

Potestades:

16400000

Dominaciones:

164000000

Tronos:

1640000000

Querubines:

16400000000

Serafines:

164000000000

María Sma.:

1640000000000



"Este fue el grado de gracia según nuestra Aritmética (sin afirmar cosa cierta, sino una simple suposición) que no dudo fue mucho mayor el que fue comunicado a María en su Instante primero y en que empezó sus actos meritorios y doy así mismo por suposición, que en tal hora no hizo más que un acto. Es certísimo entre los Teólogos que cuando se hace un acto meritorio explícito, de la Caridad y Gracia en que se hace, por virtud de este acto se viene a merecer aumento de Caridad y Gracia en el segundo, y así si se mereció “vt Vnum” en el primero, viene a adquirir dos grados en el segundo y cuatro en el tercero, y así multiplicando. En esta caso no fueron más sus actos meritorios en un día que 16777215. Porque estos son los que corresponden a las 24 horas de un día, como se demuestra en el siguiente árbol.







HORAS

GRADOS


HORAS

GRADOS

1

1


13

4096

2

2


14

8192

3

4


15

16384

4

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16

32768

5

16


17

65536

6

32


18

131072

7

64


19

262144

8

128


20

524288

9

256


21

1048576

10

512


22

2097152

11

1024


23

4194304

12

2048


24

8388608



esto es, diez y seis millones setecientas setenta y siete mil doscientas y quince gracias, y según este cómputo en los sesenta y nueve años once meses y seis días que dijimos haber vivido María en esta vida mortal, sacaríase la suma de cuatrocientos veinte y ocho mil doscientos cincuenta y cinco millones, ciento veinte mil noventa gracias.

Como se ve: 428.255.190.090.

“(Vivió la Soberana Emperatriz de los Cielos en la tierra: sesenta y nueve años, once meses y seis días, porque según la V. Madre de Agreda: cuando nació Christo nuestro Señor, tenía su Virgen Madre quince años, tres meses y diez y siete días. Vivió el Señor treinta y tres años, de manera que al tiempo de su Sagrada Pasión estaba María Santísima con cuarenta y ocho años, seis meses y diecisiete días; añadiendo a estos otros veintiún años, cuatro meses y nueve días, que sobrevivió la Divina Madre después de la muerte de su hijo Santísimo, hacen los setenta años, menos veinte y cinco o seis días).

“De aquí infiero que con el último acto meritorio que hizo María Santísima mereció más que en todos los demás actos de su vida. Por lo que se debe advertir, que sobre la gracia hasta aquí multiplicada, se ha de añadir la que recibió de los Sacramentos de que fue capaz, la que de nuevo recibió cuando de 14 años concibió al Divino Verbo y la que recibió de la Sagrada Comunión, porque habiendo sobrevivido a su Hijo Santísimo 21 años, 4 meses y diez y nueve días, comulgó todos los días por manos de S. Juan, que vinieron a ser 7805 veces, que estos son los días que hay en el espacio de 21 años, 4 meses y 19 días”.

En fin, la Madre Iglesia del Cristianismo, sin estudiar la Santa Qabbalah, ofrece ya un profundo esoterismo con su enseñanza a la luz de los Símbolos.

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La hora ha sonado en que Hombres y Mujeres deben realizar su Misión. Esta misión fue mencionada en los Evangelios (Marcos VI -8 a 11 y Lucas IX del 1 al 6); además, para los que no tienen la Gracia de ser misioneros como los Apóstoles, les queda una primera lección: la de renovarse a sí mismo, transformar su personalidad profana en individualidad mística, o mejor dicho, “espiritualizar” la materia.

San Juan III: 3 al 8.



El materialismo no puede ofrecer más que un progreso para una vida de confort y bienestar físico, pero nunca salva el problema de la ansiedad mental; somos hechos de la Esencia Divina y solo el realizar espiritualmente las cosas, puede dar la Paz interior. Venimos de Dios, somos de Dios (para no decir que somos El mismo, una parte de su Manifestación) y hay que regresar a Dios. Mejor todavía es realizar que nunca lo hemos dejado: es la “autorealización” que cada uno debe lograr para tener la confirmación de que somos Espíritu y de que así mismo poseemos la Vida Eternal. Apegarse a la materia es apegarse a la desilusión, perder la Existencia Suprema, porque quien quiere su vida física naturalmente pierde la otra, pero disgustarse de la existencia terrenal es abocarse a tomar refugio en el Alma Universal de Dios.



San Juan XII: 25 y 26.



El camino de la Salvación es en Cristo, pero no solamente en pensar que El salvó al Mundo, sino en realizar el Cristo en Sí-mismo... Esta CHRlSTalización es la base misma de la Vía hasta la Verdad... Este estado de transmutación, este plano de supremacía del espíritu sobre la materia, hace olvidar el propio personaje para fundirse en la Consciencia Universal. El Espíritu de Verdad no habla de sí mismo, pero hace llegar a toda verdad, así dice el Cristo



San Juan XVI: 13 y 14.



El Evangelio de San Juan XVI: 12 y también 25 nos enseña que Cristo se lamentó algunas veces de no poder dar toda su enseñanza, porque los discípulos no estaban listos para comprender, pero también añadió que la hora vendría en la que sería posible hablar claramente... Por las Escrituras sabemos del regreso del Cristo y según las informaciones, el tiempo anunciado es muy similar a la época actual.

San Marcos XIII, del 7 al 37: “guerras, una nación contra la otra, anuncio para los que estuviesen en Judea, etc.... entonces será el momento de la venida del “Hijo del Hombre”...:

San Mateo, Cap. XXIV vers. del 6 hasta el 35, habla largamente de los detalles del advenimiento y es claro que el signo del Hijo del Hombre en el Cielo es la señal definitiva de su presencia en la tierra. Una vez más la Simbología cumple su papel para los que tienen “ojos y oídos”...!

Desde 1948, el signo del “Hijo del Hombre", el signo zodiacal del “Aguador” apareció en el cielo, y los científicos del mecanismo planetario anunciaron el comienzo de la Nueva Era, la Edad del Aquarius (consecuencia de la entrada de la constelación Acuarius, actualmente presente en el punto vernal de la eclíptica).

Además de este testimonio científico, simbolizado por lo que es conocido en Astronomía corno “Precesión equinoccial”, la figura del Cristo apareció concretamente en el cielo de Corea, a fin de que se cumplieran realmente las profecías y que fuera indicado verdaderamente el comienzo del Reinado del Hijo del Hombre.

Así es testificada de una manera simbólica y verdadera la venida del Cristo Glorioso con su eternal Principio de Ley Universal de las analogías, resumida en el axioma oculto: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba, para que se cumpla el Milagro de los Mundos”.



“GLORIA A DIOS EN LOS CIELOS Y PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD”.



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FIN DEL MENSAJE DE NAVIDA







El texto original de los apuntes de “El Imperio de María”, del R. P. Serafín de San Felipe, de la esclarecida y Seráfica Orden de los Capuchinos (Imprimatur De Sierra Regens, 26 de junio de 1742, Aprobación del M. R. P. Fr. Antonio Sierra, Lector Jubilado Calificador del Sto. Tribunal de la Inquisición) reza en la siguiente forma:

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Siendo el Sol el más vivo retrato de Chrifto, es la Luna la más parecida Imagen de María. Efto prefupuefto en las Divinas letras, no fe fi alguno fabrá dezirme la raçón, por la qual todas las operaciones, fean de los Médicos, o fean de Labradores, o Marineros, o de qualquier femejante á eftos, fe habrá fiempre tanta cuenta en tener propicia la Luna, como tengo advertido en el num. 39 de efte Reyno.

No fe mira tanto a Júpiter, Saturno, Marte, Venus, Mercurio y aun fi queremos decirlo como paffa, ni al mifmo Sol; folo la Luna fe obferva. Pues no es el Sol Planeta más noble que ella (por no hablar de los otros) de virtud más universal, más vivífica y en fuma más varonil, no ay duda pero deveis faver, que ni del Sol, ni de ningún otro Planeta baxa a la tierra inmediatamente influxo alguno, fino como dicen los peritiffinos Astrólogos, todos los recibe primero en fi mifma la Luna, la cual enviándolos defpues a efte, o áquel conforme fon endereçados, tiene gran virtud para alterarlos y regularlos en fu paffage. Veis aquí expreffada en la manera más viva que traer fe puede (fi yo no me engaiño) la razón de obfervar folo la Luna para las operaciones humanas. Es Chrifto el Sol, planeta generaliffimo y fuente de vida de todos. Son los Santos Planetas y Estrellas pueftos en fu divino Orden y es la Virgen Santiffima la Luna Perfecta, que por tal reconoce toda la Iglesia.

En el Capítulo IX (55) del “Imperio de María”, en las Imágenes, se dice también:

No fue prefumida vanidad, fino difcreción atenta del Gran Alexandro, el prohibir que ninguno le retrataffe fino Apeles con el pinzel y Elifipo con el buril le efculpieffe porque en valor, y fuerças un por un portento de naturaleza, o avía de fer un Apeles que en fu Imagen tiraffe los colores, o un Licipo que con el buril abriefe campo a tus eftatuas. No foy Apeles, ni affi no pretendo de tan Divina Señora formar Eftatuas, ni Imagines; pero fi á cafo tirare alguna linea, podran todos dezirme lo que dixo Zeufis viendo la Imagen de Venus que mando facar a un difcipulo fuyo: “Fecifati divitem, quia non potuifti fagere pulchram” Hiziftela rica porque no la poudifte hazer hermofa; folo intento moftrar el Soberano Imperio de fus mifmas Imagines en que rendidos todos la veneramos. Es notable el cuydado que tuvo Dios de efparcir en todas las edades y figlos Imagines de Maria, facadas del original oculto ab Eterno en fu Divina mente. Fueron Imagines de María, la Luz, la Luna, el Arca de Noé, el Arca del Teftamento, la Efcala de Jacob, la Vara de Aaron, la Columna del defcierto, la Nube de Elias, el Templo de Salomon. Una Imagen fue Eva, otra Sara, y Raquel, otra Judith, Efter, y allí otras innumerables, en Symbolos, figuras y perfonas, y fiendo el Original uno, fe mira en tantas Imagenes multiplicado; para favorecernos Maria, y la obligación que de venerarle tenemos todos.

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Lo que sigue es extracto del Capítulo III (17) del “Mérito del Soberano Imperio de María en el Cielo”.

Doctrina es de los Astrólogos, que el Sol en el efpacio de 24 horas, anda 26.296.125 millas.

Sin embargo de efta velocidad, es mayor la del primer Mobil, y como la voluntad es potencia efpiritual es en fus actos mucho mas velosiffima que el Sol; Firmamento y primer Mobil y affi María en fus actos fue mucho más velociffima que todos eftos.

Indubitable fentir es de los SS. PP. que en fu Inftante primero le fue comunicada más gracia a María, que no fue la confumada de todos los hombres y Angeles y que empezo a merecer en fu Inftante primero, fundados todos en la doctrina de Gerforn que dize: que María en las entrañas de fu Madre quanto los Bienaventurados en la Patria, y que en fus actos meritorios, fiempre fue intenciffima efcrive mi Serafito Dotar San Buenaventura. Para faber el grado de gracia en que empezo a merecer Maria, es precifo faber primero al que han tenido los hombres y los Angeles, y fuponiendo un folo grado en cada individuo de ellos multiplicando por 10, es precifo falga, fegún mi quenta fixamente al grado de Maria.

Hombres:

164 mil millones de grados de gracia

Angeles:

1640

Arcángele

16400

Principado.:

164000

Virtudes:

1640000

Potestades:

16400000

Dominaciones:

164000000

Tronos:

1640000000

Querubines:

16400000000

Serafines:

164000000000

María Ssz.:

1640000000000



Efte fue el grado de gracia fegun nueftra Aritmética (fin afirmar cofa cierta, fino una fimple fupoficion) que no dudo fue mucho mayor el que fue comunicado a Maria en fu Inftante primero y en que empezo fus actos meritorios y don affi mifmo por fupoficion que en cada hora no hizo más que un acto. Es certiffimo entre los Theologos que quando fe haze un acto meritorio elicito de la Caridad y Gracia en que fe haze por virtud de efte acto fe viene a merecer aumento de Caridad y Gracia en el fegundo, y affi fi fe merecio “vt vnum» en el primero, viene a adquirir dos grados en el fecundo y quatro en el tercero, y affi multipli- cando. En efte cafo no, fueron más fus actos meritorios en un días que 1677215. Porque eftos fon los que corresponden a. las 24 horas de un día, como fe demueftra en el figuiente Arbol.



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efto es diez y seis millones fietecientas fetenta y fiete mil ducientas y quinze gracias, y fegun efte computo en los fefenta y nueve años onze mefes y feis dias que diximos ayer vivido Maria en efta vida mortal, facaríase la fuma de quatro cientos veinte y ocho mil, ducientos cincuenta y cinco millones, ciento noventa mil y noventa gracias.

Como fe ve: 428.255.190.090.

(Vivió la Soberana Emperatriz de los Cielos en la tierra: fetenta y nueve años once mefes y feis días, porque fegun la V. Madre de Agreda: quando nació Chrifto nueftro Señor tenía fu Virgen quinze años tres mefes y diez y fiete dias. Vivió el Señor treinta y tres años, de manera que al tiempo de fu Sacrada Paffion eftava Maria Santiffima en cuarenta y ocho años feis mefes y diez y fiete dias añadiendo a eftos otros veinte y un años quatro mefes y diez y nueve días, que fobrevivio la Divina Madre después de la muerte de fu hijo Santiffimo hazen los fetenta años, menos veinte y cinco o feis dias).

De aquí infiero que con el último acto meritorio que hizo Maria Santiffima mereció mas, que en todos los demás actos de fu vida. Por que fe deve advertir, que fobre la gracia hafta aqui multiplicada, fe ha de añadir la que recibió de los Sacramentos de que fue capaz, la que de nuevo recibió quando de 14 años concibió el Divino Verbo y la que recibió de la Sagrada Comunión, porque habiendo fobrevivido á fu Hijo Santiffimo 21 años, cuatro metes y diez y nueve días comulgó todos los días por manos de S. Juan, que vinieron a fer 7805 vezes, que ellos fon los días que ay en el efpacio de 21 años 4 mefes y 19 días.



—o—

1 Es la Esfera Celeste la que predomina y manda en este orbe Inferior de la Tierra, y como el Astro más vecino es la Luna, de ella y por ella se reciben todas las Influencias, por lo cual le van observando 1os astrónomos, médicos y agricultores cuidadosamente; así como los astrónomos para conocer los eclipses y adivinar lo futuro, los médicos para el acierto de sus medicamentos y los agricultores para plantar e ingerir sus plantas y árboles, porque cuantos habitan en esta región inferior da la Tierra, de la Luna o por la Luna reciben inmediatamente todos los celestes influjos.