EL ARTE EN LA

NUEVA ERA









SERGE RAYNAUD de la FERRIÈRE





Dios geometriza siempre (Platón).



Es inútil insistir sobre la decadencia del arte y sobre la necesidad de hacerlo retornar a su verdadero camino.

Sus diversas manifestaciones son expresiones de la conciencia y emanaciones espirituales que el hombre intenta expresar a través de sus facultades suprasensibles.

Se sobreentiende que no es cuestión en ningún caso del artesano que trata por sí mismo de unir lo útil a lo agradable, sino más bien del arte puro, solo, sin especulación alguna, sobre todo aquella de la emotividad!

El Arte, que era la traducción del sentido Sagrado, se convirtió en una interpretación mecánica del materialismo humano. Siendo una fuente de Revelación, se convirtió en una negación frecuente de las cualidades sensoriales.

La Nueva Edad demanda un retorno a las fuentes de la Sapiencia Antigua; naturalmente con los medios de expresión adaptados a la Era presente y que sigan la evolución futura.

Frecuentemente reina una verdadera confusión a propósito de la misión artística, misión que no es menos sublime que cualquier doctrina filosófica.

Hay una verdadera naturaleza del arte que tiene sus orígenes en los Centros Iniciáticos y de los cuales hay que recibir las claves esotéricas para adaptar el problema legado por la Tradición a la comprensión de los hombres a quienes son accesibles los símbolos o a la masa que no responde sino por su intuición o su sentimentalismo.

Es por medio del conocimiento de las leyes cíclicas que gobiernan el universo, que se hace posible conocer las causas, tanto de la decadencia y el caos de las artes en general, como saber qué remedios aportar. En la historia de la humanidad hay un proceso ascendente y descendente denominado civilización, decadencia, renacimiento, etcétera, esta multiplicidad de estados secundarios de la humanidad ofrece diversas modalidades de expresión, según el oscurecimiento intelectual o el reencuentro con la revelación original.

La pérdida de la intelectualidad priva al ser humano de sus relaciones con lo universal; en ausencia de facultades idealísticas o de dones supra-individuales, el hombre no tiene más acceso a la morada del Principio Divino, el dominio de la Gran Causa le está cerrado.

Entregado a sus propias posibilidades que son extremadamente limitadas, no reaccionando más que por las sensaciones corrientes, el hombre se construye un universo limitado, en proporciones más que restringidas, en un sentido muy incompleto. Se trata entonces de una reproducción material intrínseca y objetiva de una de las percepciones y esto se realiza sobre un plano del todo común.

Y es así que a cada inicio de ciclo de evolución se ve aparecer el arte en su forma de proyección intelectual y a cada fin de ciclo únicamente en su impresión sensorial y naturalmente entre estos dos puntos una multitud de aspectos intermediarios que toman expresiones de las más diversas sobre esta curva gravitacional.

Como en todas las manifestaciones, hay el arquetipo establecido y la proyección de aquel hacia diversos dominios. Hay así una forma generatriz y formas generadas.

Desde los orígenes del mundo han existido formas generatrices que son justamente aquellas conservadas por la Tradición, pero las traducciones difieren de acuerdo al tiempo y al lugar; de eso resulta que una lección es dada en época regular siguiendo leyes bien definidas. Esta lección es el Mensaje de Grandes Instructores que no tienen una misión que se detenga en la filosofía o en una nueva forma de misticismo, sino que al contrario, abraza todas las manifestaciones de la conciencia humana.

Algunos de estos mensajeros son vehículos casi inconscientes de la misión que deben cumplir. Son elegidos –señalados por una predestinación especial – designados para transmitir la corriente evolutiva del destello artístico; ellos sirven de soporte a la revelación, en el principio de los ciclos, para marcar la época de transición necesaria de una edad a otra; otros son la expresión formal de la Tradición Iniciática: el Instructor de la Humanidad y los Mensajeros de diversos grados de evolución: Los Maestros.





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El arte es de esencia divina y constituye en el microcosmo la conservación tradicional de un origen no humano, de valor simbólico. La pintura, que es una de las formas artísticas cuya misión es la de hacer brillar en el mundo la tradición de la luz eterna, es una vía que se ofrece para que el ser pueda acceder a la Esencia Infinita, a la fuente Suprema. Ella es sagrada en el sentido metafísico (aunque accidentalmente tomando a veces formas religiosas, el término sagrado está más allá de las fronteras del sectarismo).

La aspiración de una colectividad ha dado nacimiento al icono y éste se ha convertido algunas veces en una simple imagen religiosa de tendencia sentimental. Existe, en efecto, el sentido metafísico o el teológico, según la curva cíclica, pero únicamente exotérico cuando el punto de estabilidad es alcanzado para convertirse luego en una imagen profana, sin ninguna relación con lo sagrado, de apariencia exterior, perdiendo toda trascendencia intelectual y siguiendo simplemente las exigencias del mundo.

No se debe creer que el hecho de pintar símbolos da a un cuadro un valor simbólico! Se puede embadurnar cualquier lienzo, retrato, paisaje, naturaleza muerta, y plasmar un sentido muy esotérico porque en lo exterior del sujeto: está la forma, el color, etcétera… Existe todavía un mundo de atributos a los cuales se reconoce el sentido divino de la composición: el principio, la díada, la manifestación, son otras tantas cosas tradicionalmente pintadas con la misma idea porque interviene el ritmo, el número, etcétera. Existe el cuerpo y el espíritu en pintura como en cualquier tipo de esoterismo; no se trata de tener que hacer siempre unas representaciones antropomórficas para definir retratos que pueden muy bien ser entendidos por tipos de humanidad o de otras analogías que pueden también transformar las imágenes en soportes de influencias espirituales. La gran dificultad está frecuentemente en la reproducción de las cosas conocidas en el mundo físico, porque entonces el pintor se encuentra frente a un problema enorme que es la transposición de una cosa de tres dimensiones sobre un lienzo que no tiene más que dos, el resultado es que el artista (y la palabra es escogida aquí) debe apelar a un artificio, crear un “truco” para que se pueda visualizar esta tercera dimensión, por lo cual la perspectiva es otra construcción artística para que la imaginación se deje envolver en el juego de la ilusión.

Se debe comprender también que no se trata siempre de dejarse influenciar por aquello que parece bello, con la impresión halagadora dada por la apariencia de colores o de formas que estamos habituados a ver en el mundo material. Existen pintores de las grandes escuelas conocidas a quienes se han otorgado generalmente el título de maestros, pero se trata, de hecho, de lo mismo que de un maestro de escuela comunal, un institutor tanto como los maestros de talleres de artesanía. Los profesores de cualquier ramo son maestros en sus respectivas secciones, pero más allá de estos dominios, existen los Maestros de los cuales ya hemos hablado, los Instructores, los Mensajeros, los MAESTROS. Agreguemos que frecuentemente estos verdaderos Maestros no son reconocidos en el mundo profano porque no vienen a ofrecer hipócritamente una enseñanza al gusto del público, sino más bien una expresión sincera de su revelación divina, cuyo sabor la masa naturalmente es incapaz de gustar.





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El esoterismo al cual se hace tanta alusión en nuestra época, demanda un retorno a su verdadero lugar. Es en el siglo XIII que el exoterismo suplanta al esoterismo. Los signos plásticos en la ARQUITECTURA lo indican por la supresión del arco en pleno centro y la aparición del arco quebrado en tres partes; en ESCULTURA y en PINTURA es el envanecimiento en el naturalismo; en MÚSICA la supresión del canto monódico y aparición de la polifonía; en las LETRAS las discusiones filosóficas y la rebeldía contra la autoridad espiritual señala el comienzo de una nueva visión en los modos de expresión del Arte.

Se ve en lo “social” la ingerencia de los laicos en la clerecía y otra indicación de la espiritualidad perdida fue el reemplazo de las “marcas de fábrica” por la firma particular. Durante mucho tiempo, cuando el trabajo era ejecutado por el valor del trabajo en sí y no para beneficio personal, se trataba de una verdadera espiritualidad.

Se conocen estos epónimos que encubren la personalidad de algunas colectividades iniciáticas. Hay que recordar que Homero, Ulises, Aquiles, etcétera, son otros tantos nombres de comunidades esotéricas escondidas bajo el nombre de un solo personaje. He citado más de una vez a HERMES TRISMEGISTO como tres Colegios Iniciáticos. Hay que insistir en Salomón que, como símbolo masónico, puede representar las dos columnas (la una es el Sol: SOL, y la otra la Luna: MOON) con el frontón triangular en el cual está la “palabra sagrada” representada algunas veces por el ojo del G:. A:. D:. U:., pero que se encuentra frecuentemente bajo el aspecto de un “Yod” (décima letra del alfabeto hebraico) y que es más acertada como los orientales la representan mediante la letra sánscrita tan popularizada por la Teosofía, se trata del AUM de los mantrams (el OM que aparece en cada oración o salutación entre los hindúes). Tenemos, pues, Salomón (SOL-OM-MOON) como símbolo de la Gran Transmutación. Las dos polaridades (positiva: Sol, el macho; negativa: Luna, la hembra). El Pingala-Ida de los Yoghis, el “Solve-Coagula” de los ocultistas, el Yang-Yinn de los chinos, etcétera, religados (como están Re-ligadas la ciencia y la filosofía por aquello que era verdaderamente, en otros tiempos la Religión y que equivale al SABER en nuestros días) por la palabra sagrada (AUM es la Triología Padre-Hijo-Espíritu Santo, Brama-Vishnú -Shiva, el Aquil-el Aqlu-El Maqul, etcétera) que simboliza la realización, es el YUG.

Esta transmutación es el secreto de la Piedra Filosofal, es el Kether-Hochmah-Binah de la Qabbalah. Así, las dos polaridades (las dos columnas), religadas por el símbolo central (el OM), indica la síntesis de las posibilidades humanas.

Desde luego, es posible que Salomón, Aquiles, Hermes, etcétera, fueran personajes, individuos, pero esto no resta nada al valor simbólico; cuántos Discípulos han realizado un trabajo bajo el nombre de su Maestro.

Conozco en la actualidad un “Spiritual Leader” que produce libros en cantidades industriales, pero él por sí mismo ha escrito muy poco; sus “seguidores” son muy felices al poder ofrecerle sus escritos; por lo demás él mismo no intenta utilizarlos en provecho propio, sin autorización, cuando encuentra material a su gusto!

Algunos lienzos de grandes maestros han sido realizados casi en su totalidad por sus alumnos; el artista de renombre simplemente daba el toque final; se conocen aquellos lienzos de Rubens en los cuales él sólo realizaba el boceto y luego la rectificación final.

La “marca de fábrica” probaba un entendimiento completo en la ejecución; las composiciones anónimas de antaño atestiguan una comprehensión colectiva. No vamos a juzgar en este momento, sino simplemente plantearemos hechos:

Hay Misterios, una Doctrina Secreta, una Enseñanza Tradicional, una Lección que viene de los Orígenes y se perpetúa a través de los tiempos, velada por la necesidad de las cosas. (Lámina 49).

La Iniciación es la Tradición organizada y conservadora de las Ciencias Sagradas. Todo lo que es glorioso será recubierto de un velo (Isaías IV-5) y comprendemos que a través de los siglos se transmitió de labio a oído, de Maestro a discípulos: una enseñanza de Ciencias Secretas que si no fue siempre posible darla en Santuario, fue vertida al mundo profano bajo la forma de símbolos reconocidos solamente por los “Iniciados”, por aquellos advertidos por la “clave”. Está dicho en el Zohar (I-118-a): “El Santo, bendito sea él, no quiere que los Misterios sean divulgados en este mundo, pero cuando se aproxime la época mesiánica, aún los mismos niños conocerán los misterios de la Sabiduría, sabrán todo lo que debe llegar al final de los tiempos gracias a los cálculos”.

Se trata allí de la ciencia astrológica que se desarrolla cada vez más y se convertirá en la síntesis de los conocimientos, como lo fue en otros tiempos pero del dominio solamente de privilegiados. La Astrología, Ciencias Sagrada (de donde nacieron la astronomía y la medicina) hoy en día no es más que un atributo de sociedades secretas; poco a poco, sin embargo, su enseñanza sale de las logias y se presenta al público, bajo el aspecto de la horoscopía a fin de llamar la atención, pero esta forma elemental del arte conjetural será muy pronto reemplazada por la verdadera ciencia astral, que demanda evidentemente mucho más conocimiento que el vago simbolismo zodiacal.17

“Gracias a los cálculos” dice el Zohar; en efecto, es del número de donde emana todo símbolo; no es precisamente en el número que está el misterio, sino en el paso del número al ciclo de los números. Ninguna meditación es posible sobre el número 1; el movimiento empieza con el 2, ya que al nivel del Ser aparece la conciencia del SI, que hace posible el ternario por la acción de “el conocedor” de “lo conocido” y del “conocimiento” (precesión del Padre - Hijo y Espíritu Santo, o la Triología Vida - Forma - Pensamiento). En fin, para que sea posible la encarnación se necesita el 4, pero para que la experiencia sea completa se necesita un antagonismo (símbolo de las baldosas blancas y negras en las Logias Masónicas); son entonces los dos ternarios que se enfrentan (dos triángulos entrelazados en el símbolo del Sello de Salomón, Estrella de seis puntas llamada de David). Es el nacimiento del 6 (cumplimiento de la creación).

Tenemos, pues, las 6 etapas (los 6 días del Génesis), henos aquí ante esas primeras palabras de la Biblia (véase el texto original):*



Bereschith bara Elohim eth ha-schamain v’eth ha-aretz”

El creó seis” (Bara-Schith)

Seis en el principio” (Bereschith)

Está sin duda fuera de lugar insistir sobre el hecho de que Moisés (en el Sepher Yetzirah) consagra 10 capítulos a la palabra “Bereschith”; desde entontes esta palabra ha sido causa de muchas controversias…

Quiero recordar solamente que los 6 días del Génesis son un símbolo de la naturaleza divisible y dividida (es el cumplimiento de la involución por la organización interna del Alma Universal, el número 6 que el 4 hace posible y que el 5 comienza a animar). Continúo con mi pensamiento “Dios creó al mundo en 6 días y en el séptimo descansó”. Henos entonces ante el famoso “septenario”: los 7 planetas de la Astrología Tradicional, los 7 chakras de los yoghis, las 7 glándulas endocrinas principales del cuerpo humano, los 7 colores importantes, las 7 notas musicales, etcétera.







Habéis ordenado todo con medida, con número y con peso

(Sabiduría XI-21)



En el “Sepher” se dan muy bien los detalles de aquellas relaciones que existen entre números, planetas, letras, etcétera.

(Capítulo V, vers. 4-5) “Siete letras dobles. Él las ha trazado, tallado, mezclado, equilibrado. Él creó con ellas: los planetas, los días de la semana, los orificios de la cara. Hizo reinar el ‘Beth’ y ciñó con una Corona (es el “Kether” de la Qabbalah) y los combinó uno con otro y creó con ello a Saturno en el mundo, el Sabbat (sábado) en el año, la boca en las personas”. Etcétera.*

Es, pues, con los números que comienza todo el misterio y ellos mismos son ya misteriosos por el solo hecho que ya hemos visto.

Hay, en efecto, tres claves; nos sería difícil analizar en detalle esta cuestión, como todas las otras, que por lo demás pertenece a este dominio tan complejo.

Primera clave: el valor esotérico de las letras.

Se sabe que los alfabetos se construyeron sobre valores numerológicos, en primer término. Evidentemente hoy en día en casi todos los alfabetos se ha perdido el sentido de estas bases.

El hebreo aún ofrece, como otras lenguas madre, esta característica de poder ser cifrado. Sabemos que las 22 letras principales del alfabeto hebraico tiene un número de orden del 1 al 22, pero que, además, ellas tienen un valor guamétrico que está en relación con la geometría antigua. Los valores guamétricos sirven para las operaciones llamadas de “Guametría”, que consisten en tomar el valor de las palabras en números o inversamente (mientras que en “Notárica” se seleccionan letras para constituir las palabras), y esclarecer así el valor de las palabras en sí mismas y en seguida la verdadera significación de las frases.

La segunda clave consiste en el valor secreto de los Números.

En el alfabeto hebreo, por ejemplo, hay cifras que recuerdan un orden; luego los valores guamétricos y en seguida los valores esotéricos que son los 22 polígonos regulares que se inscriben en el círculo por la progresión en ángulos siguiendo una forma de física antigua (lo he definido en detalle en el libro “Los Misterios Revelados”). Tenemos, pues, Aleph-Beth-Ghimel-Daleth-He, etcétera, que tienen un número de orden 1-2-3-4-5, etcétera. Luego intervienen los valores guamétricos del 1 al 10 para las 10 primeras letras (hasta Yod), entonces continúa el 20 (para la letra Kaph), 30 (para Lamed), 40 (para Mem), etcétera. Pero en los valores esotéricos el orden es: 3-4-5-6-8-9-10-12-15-18-20-24-30-36, etcétera.

Está dicho en el “Sepher” que todas las letras después de haber sido mezcladas, etcétera, salen por 231 puertas y que todas las palabras surgen bajo un mismo nombre. El número de combinaciones que las 22 letras pueden suministrar está entonces en, contado de dos en dos, . Es el principio de los valores secretos.

La fórmula18 es, entonces: V. S. de un

Se sabe que el valor secreto de un número es lo que constituye verdaderamente (lo visible y lo invisible). Así, 5 está constituido por 1 más 2 más 3 más 4, es decir, que cinco esta construido sobre la suma de 1, 2, 3 y 4 y en seguida de aquello que es visible, es decir 5; lo que da entonces por todo 15. Y bien, según esa fórmula anterior, tendremos entonces , como verificación. Así, V. S. de 5 es 15.

La tercera clave es el misterio de las letras-madre con las transmutaciones de los elementos, nosotros entramos aquí en un dominio verdaderamente oculto en el cual se hace necesario el conocimiento de la arqueometría; este sistema poco conocido es el Canon del Arte Antiguo, es el transportador de las ciencias universales, la clave básica de las filosofías antiguas.

Hemos visto que es con el número que comienza todo el misterio; desde los primeros versículos del Génesis, se trata del número, y se siente toda la importancia, ya que desde el principio de las Revelaciones bíblicas es cuestión de numerología.

Hemos obtenido en principio 7 como punto de partida; este número, a pesar de su carácter sagrado, forma parte de los “números humanos”. Es por esto que desde el principio se trata de la creación con el número 6 y su culminante 7, este es el resultado de 3 más 4, lo que le hace proceder de los “números Divinos”. El siete puede estar fácilmente simbolizado por la serpiente mordiéndose la cola (ya empleada para una muy alta significación en la mitología egipcia). 7 es el símbolo del Infinito numerado en su retorno al principio (Bereshith!). La creación esta acabada, Dios “reposa” (retorna sus primeros pensamientos, a su “principio”).

El siete es un número helicoidal: el cuadrado y el cubo se prestan a múltiples combinaciones. Está el ejemplo de relación entre 35 y 49, tenemos 352 igual a 1.225, valor secreto de 49 y además 1.225 está en relación con 325 (V. S. de 25, de donde surge una conexión entre 5 y 7, 5 por 7 igual a 35). Esto lo veremos al hablar de música. Siete es la idea del complemento, pero también de la consumación y del retorno de las cosas (la característica de la Re-encarnación, transmutación).

No es solamente en la Biblia que este septenario es tan importante, sino que en todas las escrituras se la encuentra. Los musulmanes tienen otra manera de vislumbrar las revelaciones, pero la simbólica-matemática está lejos de ser débil, como lo he demostrado en mi libro “Misticismo en el Siglo XX” (capítulo “Puntos de Vista sobre el Mahometanismo”). Desde el principio del Corán se encuentra el “septenario” en el número de los versículos; en efecto, el Corán, que está dividido en 611 “Aschrs”, contiene 6.236 versículos, de los cuales 7 están en el primer capítulo y 8 en el último (la surata 102 es “La respuesta de los Números”).

El siete, que es el símbolo reencarnador, transmutador, caracteriza la FATIHA (primera página del Corán) y el 8, símbolo de la Madre Universal que encierra en su seno el conjunto de los seres nacidos de la multiplicidad, caracteriza el último capítulo del Corán titulado “Los Hombres”. ¿Podría retranscribir lo que para cerca de 240 millones de seres es el principio de la obra maestra literaria? He aquí la Fatiha (principio del Corán):

Bismi Allahi er-Rahmani er-Rahim.

El Hamdu Lillahi Rabbi el-Aalamin

Er-Rahmani er-Rahim

Maliki Yanmi ed-Din

lyaka Na’budu wa-iyaka nasta’in

Ihdina es-ciraka el-Mustaquim

Cirata Elladhina An’Amta Alayhim

Ghayri el-Magdubi Alayhim wala ed-Dallin”.



“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso, Alabanza a Dios, Maestro del Universo…”, etcétera.

Se sabe que los Musulmanes creen en un Dios Único a quien rezan cinco veces al día; esto es lo que los separa de los Cristianos que rinden culto a tres personajes (y a un gran número de otros, en lo que concierte a los católicos romanos). No hay, pues, iconografía; sin embargo, como sabemos, entre los árabes el arte existe en una forma muy importante.

Evidentemente, en pintura, los Cristianos han podido representar Cristos, Vírgenes, Santos, Ángeles, etcétera, una infinidad de motivos, inexistentes entre los musulmanes, quienes no rinden culto más que a Dios y no tienen en sus lugares de oración (las Mezquitas) ninguna representación personificada, ni aún la de su Profeta Alí Mohamed.





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Evidentemente, la Iglesia de Roma habría sido la institución tipo para transmitir, a través de los siglos, la enseñanza pura. Desgraciadamente la continuación de la línea de los Papas (¿transmisión del poder?), se ha interpretado mal; puesto que sabemos que un Papa no es nombrado por su predecesor y ordenado durante la vida de éste, sino escogido por voto, a la muerte del Santo Padre. Es problemático.

En efecto, el gran problema de la sucesión apostólica es discutido seriamente y hoy en día ¡pocos son los creyentes que tienen todavía la certidumbre de que el Soberano Pontífice de Roma sea verdaderamente el heredero de San Pedro!

León III es el último Papa que siguió la Tradición oculta; ofrece a Carlo Magno un ritual de esoterismo conocido hoy en día bajo el título “El Enchiridion del Papa León III”. Es una enciclopedia de Magia cuyas enseñanzas de ocultismo son de lo más preciosas y son seguidas en ceremonias Iniciáticas todavía en nuestros días.

¿Cómo el Papa Pío VI (muerto de fatiga durante su encarcelamiento en Valencia) habría podido “pasar” el poder o simplemente “la palabra” a su sucesor? Existen entre los “descendientes espirituales de San Pedro” épocas sombrías, difícilmente explicables. Mencionemos al Papa Silvestre II y a Censius Savelli (Papa en 1216) conocidos por su magia, pero el hecho no es juzgar lo que muchos han llamado magia negra, sino señalar que estos prelados no siguieron la lección simbolizada por las “dos llaves”. ¿Cuál fue, por ejemplo, el papel de Anselmo Vicario de Lucca, convertido luego en Alexandro II? Estamos seguros, por ejemplo, que nadie ha podido aceptar la “transmisión” de Cadalus (Vicario de Parma) conocido por sus crímenes, concubinatos y escándalos y convertido en Papa bajo el nombre de Honorius II; autor de un célebre grimorio de magia, los magistas siguen aún en nuestros días sus instrucciones; él era y es aún, si es posible decirlo, ¡el Sumo Sacerdote de los Brujos! Si es reconocido por los “buenos católicos” como el Antipapa, hay, pues, después de él ¡una ruptura de la sucesión apostólica! Si se acepta que había dado la ordenación a cualquier Pontífice de la Iglesia de Roma, se acepta una pesada responsabilidad, pues es tener un jefe de Iglesia autor de libros de magia vulgar que había dado ejemplo de una vida impregnada de la más vil depravación.

Evidentemente, después del siglo XVII, la vida de los Papas parece mejor en relación a su posición y los clérigos ya no escribían más que libros de teología, filosofía, metafísica y ciencia. Hay que reconocer que gracias a la Iglesia, la Magia, la Astrología y las Ciencias Ocultas en general han podido ser salvaguardadas. Los Papas y los Prelados de Roma se han situado frecuentemente como defensores de estas ciencias, si no eran ellos mismos astrólogos eminentes o Magos (San Dionisio, San Cesáreo, San Malaquías, Synesius, Nicéforo, Vicario de Constantinopla y, finalmente, Alberto Magno, que fue canonizado en 1934, autor del libro más popular de Magia: “Grimorio del Gran Alberto”; fue el Maestro de Santo Tomás de Aquino, y así vemos por qué el “Doctor Angélico” es el autor de axiomas sobre astrología).

Mencionemos de paso que la obra de Magia más importante puede ser “OUPNEK’HAT”; es una colección de 50 Upanishads (12 divisiones de los tres más antiguos Vedas y 26 Atharva-Upanishads de otras fuentes). Este ritual de magia contiene cuatro tratados de Vaj-Samh (Vols. 10, 31, 32, 34); es el libro hindú de Ocultismo por excelencia.

Tenemos en Occidente una obra menos voluminosa pero más al alcance del estudiante (además de las obras de Magia de los Papas). Se trata de la “Santísima Trinosofía” de Saint- Germain.19

Sin embargo, antes de pasar a otra cuestión se debe recordar no solamente la “Tabla de Esmeralda” (de Hermes Trismegisto), un tipo de formulario mágico clásico, sino sobre todo los “Versos Dorados” de Pitágoras. Retornamos con estos “Versos” a la primera idea de este tema: el número.

En efecto, “Pitágoras” (Lámina 118) es el prototipo del Matemático –Iniciado, y si pongo su nombre entre comillas, voy a explicarme: los Versos Dorados serian no solo según mi parecer, sino según el de muchos investigadores, no de Pitágoras, sino de LYSIS, el preceptor de Epaminondas (388 antes de J.C.), y he remarcado de sobra que el nombre de Pitágoras en sí mismo, tiene algo de un sobrenombre simbólico (puede ser un epónimo). Se puede dividir el nombre en “Python” (adivino) y “agoras” (¿augurio?), pero sobre todo en GURU PITRIS, es decir, MAESTRO de LUZ o Señor de la Sabiduría, por lo tanto. Un Gurú o un Maestro, un Instructor, un Guía Espiritual (veremos más adelante la significación textual en sánscrito). Puede así, tratarse de un seudónimo o una vez más del título de una colectividad, pero lo más seguro es que Pitágoras existió realmente.

En todo caso, henos aquí con la idea Pitagórica (Maestro –adivino, clarividente, profeta de augurios…)

Volviendo al Número insistamos en sus variaciones:

NÚMEROS PERFECTOS: Aquellos que son iguales al total de sus divisores (6 es igual a la suma 1 + 2 + 3 o aún 28 que es igual a 1 + 2 + 4 + 7 + 14).

Son en razón de la fórmula (2m-1) x (2m – 1) el factor (2m – 1) debe ser un número primo; los 6 primeros Números Perfectos son en razón a la fórmula donde m = 2, 3, 5, 7, 13, 17, iguales a 6, 28, 496, 8.128, 33.550.336, 8.589´869.056; con m = 61 se obtiene: 2. 658. 455. 991.569.831.744.654.698.615.953.842. 176.

NÚMEROS PLANOS: Cuando dos números enteros multiplicándose forman un número.

NÚMEROS SÓLIDOS: Según Euclides (Libro 7), cuando 3 números enteros multiplicándose forman un número.

NÚMEROS AMIGOS: Van por parejas y se acoplan de manera benéfica, siendo cada uno de ellos el total de los divisores del otro (como 220 y 284).

NÚMEROS HUMANOS: Aquellos que no son reductibles a números Claves, por diversas operaciones de descomposición y reagrupamiento, en el seno de los Valores Secretos.

NÚMEROS DIVINOS: Números que se pueden descomponer directamente en factores reductibles a los números Claves.

NÚMEROS CLAVES: Son los instrumentos kabbalísticos basados en los valores esotéricos de las 22 letras del alfabeto hebraico y correspondientes a los 22 polígonos que se inscriben en el círculo, formando a partir del triángulo, polígonos con el número de lados correspondientes exactamente a la numeración de estos números Claves (3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 15, 18, 20, 24, 30, 36, 40, 45, 60, 72, 90, 120, 180, 360).*

La Ciencia Numeral es aquella de los ciclos y vibraciones que componen el mundo; esta ciencia del número no es solamente una simbólica sino una genética que reposa sobre la estructura geométrica del círculo.** La Clave fundamental es aquella que constituye estos números -claves (cada uno en relación con una letra de la lengua madre hebraica).

En todas partes existen relaciones de este género. Veremos en el curso de este pequeño libro, cómo el simbolismo reposa sobre el número y que el símbolo permanece como la Clave para una posible comprensión.





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Ciertamente sabemos que la vía del corazón es escogida por un buen número de artistas y los idealistas dirán: Todas esas intelectualidades no son imprescindibles para apreciar el arte, la espiritualidad, Dios mismo.

Evidentemente jamás fue mi intención probar que la razón influye sobre la vía directa de la Fe; estos dos caracteres que no se mezclan, lo he citado más de una vez, las dos columnas del Templo (Razón-Fe, Ciencia-Religión, Objetivismo-Subjetivismo, etcétera) simbolizan las dos corrientes del pensamiento humano (materialista y espiritualista, ateo y místico, el análisis y la intuición, etcétera).

Queda, no obstante, una explicación necesaria para aquellos que no comprenden; sin embargo, se debe escoger un método, en fin, se debe admitir que hacia fuera de las concepciones, de las doctrinas, de las creencias, etcétera, está la Verdad.

En otras palabras, que los artistas produzcan una composición sin saber, quiero decir, inconscientemente, y sin tener en cuenta las técnicas de las que hago mención, no quiere decir que estas bases técnicas no existan y que algunos puedan entreverlas; aún algunas veces el artista ha construido sobre esas mismas bases sin darse cuenta de ello.

Últimamente hacía notar a Miss Carter (Presidente de los artistas de West Australia) que uno de sus cuadros era muy equilibrado y construido por una distribución según la técnica del “número de oro”; ella misma ignoraba todo lo referente al “número de oro” y su técnica; solamente percibió la impresión de que aquello debía ser como debía ser; sin darse cuenta, ella había compuesto según las reglas de la técnica que se enseña en los Colegios Iniciáticos.

¿Cuántos doctores en filosofía nunca han notado el paralelo entre los 10 “Avatares” de la filosofía hindú y los 10 “Sephiroth” de la Tradición hebraica? Las diez Encarnaciones de Vishnú son como otros tantos Cristos que vienen en etapas regulares para recordar la Gran Lección, pero estos diez personajes que simbolizan a Dios viniendo a la tierra, son también como diez manifestaciones diferentes en las Vías abiertas al ser humano para su salvación (¡sin duda los 10 Mandamientos a respetar!)



¿Es necesario recordar que el Dios Vishnú ha venido con anterioridad varias veces en el cuerpo de un animal? (los egipcios también emplearon esta representación simbólica en el exterior mismo de la construcción de la Esfinge) antes de simbolizar un guerrero, un diplomático y, por último, al popular Krishna.

Los 10 Sephiroth son tanto leyes de la Kabbalah Judía como también son las vestiduras de las manifestaciones del estado de evolución; una “Sephira” no es únicamente un estado sino un grado de conocimiento (una virtud según la enseñanza de San Pablo). Estos “esplendores” son definidos también en el Apocalipsis de San Juan (I, 4 y V, 6-11-12).

Cuantos cristianos orgullosos de conocer la Biblia jamás han abierto sus ojos en los pasajes que dan los detalles sobre las 32 “Vías” de salvación. Estas 32 vías, se adivina que son los 32 grados de la Franc-Masonería corriente (Rito Escocés Ant. & Ac.), que está compuesta de estos 32 grados sustentados cada uno sobre una técnica especial; y en fin, el grado 33 que es el honor final, en cierto modo la representación del Gran Arquitecto en la Logia.

Si no personificamos la naturaleza como los hindúes, por ejemplo con la Diosa Bohani (a quien sus sacristanes hacen ofrendas!), o aún la Divina Madre Adhi-Nari (la naturaleza celeste), hay, sin embargo, una pléyade de artistas que han glorificado esta manifestación de Dios. Así, tampoco el común de la gente ve en Shiva la apoteosis de Caín (otra vez un paralelismo de la religión Hindú con la tradición de los hebreos!).

El hombre de la calle no entiende este contacto con el universo que Brahms caracteriza en “Feldeinsamkeit” y que es un transportamiento en el espacio, una especie de éxtasis como del que habla Santa Teresa; ¿no sentimos, por ejemplo, en “Sobre las Estepas del Asia” (de Borodin) esa comunión con la naturaleza cálida donde largas filas de camellos avanzan sobre las huellas sin fin?

Esa comunión con el suelo ¿no la hace sentir acaso Sibelius? Expone toda la soledad de su calmada Finlandia natal; es quizás algunas veces sombrío en sus sinfonías, en las cuales se comunica verdaderamente con la tierra. Es, naturalmente, Beethoven quien toma más de la naturaleza, él absorbe, él atrae hacia sí las fuerzas, él parece vivir de este magnetismo de la “Divina Madre”: él sufre como ella, con ella quizás…!

En otro sentido tenemos a Chopin; el sufrimiento está ahí; y qué larga agonía; sin embargo, en su música ningún reflejo de su situación personal o, mejor dicho, de su personificación física. De ese cuerpo frágil saldrá la estética, de esa enfermedad que lo mina nacerá una virilidad en su composición; en breve, la belleza en sus más diversas formas, ya que la individualidad estaba verdaderamente separada del personaje físico, es pues una “transmutación” del artista que no deja traslucir nada de su problema, sino que, al contrario, crea un movimiento, una flama (¡y la palabra es cuidadosamente elegida aquí!)

En un período de diez años, seis países de Europa fueron glorificados por genios de la música: 1803, nacimiento de Héctor Berlioz (el más grande de los compositores románticos de Francia); 1804, Mikhail Glinka (el fundador de la escuela rusa); 1809, Félix Mendelssohn Bartholdy; en 1810, Robert Schumann y Federico Chopin; 1811, Franz Liszt, quien va a popularizar a Hungría y en 1813 en Leipzig (Alemania) nace Ricardo Wagner y en los alrededores de Parma (Italia), Giuseppe Verdi.

Si el “romanticismo” es un lenguaje universal, Chopin ciertamente conoce su gramática! Nacido en los alrededores de Varsovia, estudió bajo la dirección de Zywny y Elsner, se le reconoce como el “niño prodigio” y rápidamente como “maestro genial”. Es escuchando al violinista Paganini en Varsovia, justamente antes de la insurrección de 1830, que le viene la idea de componer sus estudios para piano. Su “Concierto en Fa menor” revela una poesía debida a su amor infantil por Constanza Gladowska y si a veces el drama, la tragedia, se hacen sentir en Chopin, no olvidemos que fue influenciado durante los largos años que pasó al lado de George Sand, mujer violenta y apasionada, que es el episodio central de la vida de Chopin. Madame Dudovant, llamada en el mundo de las letras George Sand, había encontrado a Chopin en París en la primavera de 1838, quien estaba todavía lleno de nostalgia por Maria Wodzinska, que le había dejado entrever un matrimonio feliz…

La campiña de Mazawsze y la Villa de Zelazowa-Wola en donde Chopin naciera, dejan una huella en su composición donde el arroyo de Utrata, la Iglesia de Brochow, la música campestre y los cantos nupciales, se hacen sentir todavía en el fundador de la música poloca. Pienso que la gama de sentimientos líricos, trágicos, traducidos por sus obras, son sobre todo el producto de un alma de eslavo exiliado! Chopin sufre la ocupación rusa en su país que no volverá a ver jamás. Ni su permanencia en Mallorca la encantadora, ni la vista de la Costa de Oro, la más bella del mundo y el ambiente de Valldemosa le pueden hacer olvidar las nieves de su país natal. La atmósfera de los anacoretas que continuaban la tradición de ermitaños de Raymond Lulle, no pudo cambiar su inspiración atormentada desde la caída de Varsovia y la presencia de esa mujer; con el popular pantalón rojo, fumando constantemente, fueron sufrimientos múltiples que este artista soporta con serenidad y por una ley de inercia se queda durante años en compañía de una mujer que intenta ridiculizarlo, luego de haber notado que el artista no corresponde a su temperamento fogoso de mujer viciosa.

Retornemos a nuestros elementos de la naturaleza, a la cual es sin duda Schubert el que más se asemeja, sobre todo en lo que concierne a la tierra; su aspecto es ingenuo, no hay en él complicación alguna (su trabajo en Si mayor, la clave más simple); él manifiesta el elemento virgen; no preparado a una evolución; la tierra que queda estática; este elemento necesita de un atributo externo para hacer “vivir”, en cierto sentido, para hacer resurgir las cualidades; no siendo como el fuego o el aire que se mueven por sí mismos, sobre todo el aire, que es el elemento de concurso, la ayuda a las otras cosas, la asistencia en la lucha, la unión, el puente, el enlace.

Es el elemento AIRE en su fase superior (ÆTHER) el que constituye el punto final del mundo físico y prepara a los planos divinos; es así como interviene el: “Os es necesario nacer otra vez” de San Juan (capítulo III, vers. 7).

Es siguiendo el proceso (tierra-agua-fuego-aire-éther-plano mental-conciencia universal) que se debe desarrollar, equilibrar, iluminar los centros que están en el hombre, los centros nervofluídicos (emanación de las glándulas endocrinas) conocidos en nuestros días por la psicoterapia que estudia las regiones dínamo-magnéticas del cuerpo humano, acercándose a teorías conocidas desde hace milenios en los Colegios de Iniciación y transmitidas a través de la historia de la humanidad, poco a poco, por las enseñanzas de los Santuarios y la formación de discípulos por los Maestros.

Veremos más tarde que estos centros (glándulas en número de 7, chakras en número de 7, siempre en relación con los 7 colores, las 7 notas, los 7 planetas, etcétera) se encuentran en todas partes y pueden desarrollarse mediante la música, la pintura o cualquier otro arte, siendo como un sistema Yoga de un método especial llamado artístico.



* * *









Esta explicación se vuelve a encontrar en “la escala mística” (símbolo de los Caballeros Kadosh del 30mo grado del escocismo) con dos largueros.

El de la derecha OHED-ELOAH (Deum-Amons), que es el amor a Dios y el amor al prójimo.

Los siete escalones son:



TZEDAKAB (Justicia) es la acción con el derecho.

SCHOR-LABAN (Pureza) la castidad moral.

MATHOK (Dulzura) la educación y la reflexión.

EMOUNAH (Fe – Fuerza) es, sobre todo, la “fuerza” del espíritu.

AMAL-SAGGI (Trabajo) es el remedio contra el aburrimiento

SABBAL (Carga) no hay sensibilidad.

CHEMOUL-BINAH-TEBOUNAH (Prudencia) lo conveniente



El segundo larguero, aquel de la izquierda: el “Trivium” y el “Quadrivium”, y he aquí las siete artes liberales:



ASTRONOMÍA

MÚSICA

GEOMETRÍA

ARITMÉTICA

LÓGICA

RETÓRICA

GRAMÁTICA



Se notará que la Francmasonería, como otras Sociedades Ocultas, no considera la astronomía, la geometría, la aritmética como “Ciencias” sino como “Artes”. Por ciencia, estas Instituciones llamadas secretas, comprenden la Astrología, la Arqueometría (no confundirla con la Arqueología, como muchos suelen hacerlo!) así como las ciencias llamadas completas (lo que se denomina aún, correctamente, Ciencias Sagradas).

Esto me recuerda un gran Congreso Internacional de la Ciencia, en París, hace algunos años. Los catálogos estaban impresos y un representante del cuerpo médico se lamentaba ante el Comité Superior de la Organización, por estar omitida en el programa la representación de la Medicina en esa Convención; el Director General, Presidente de la reunión, respondió: “Vamos, señores, seamos serios, ¡aquí hablamos de Ciencia…!”

Sabemos muy bien que la Medicina es un Arte (degenerado de la gran Fisiogonía de otros tiempos que era una porción de la Ciencia Astrológica), pero parece que el director de la famosa reunión (que era físico-matemático) quería verdaderamente incidir demasiado sobre la poca “seriedad” del arte médico. Fue en este Congreso, que tuvimos la oportunidad de obtener las estadísticas siguientes: diagnóstico médico, aciertos: 14% solamente; predicciones cosmobiológicas, aciertos: 92%. Los comentarios fueron inútiles ante estas dos representaciones de las ciencias conjetúrales, una (la medicina) errando 86 veces sobre 100 casos, y la otra (la Astrología), dando solamente 8 juicios imprecisos entre 100 pronósticos.

La Medicina ciertamente va a beneficiarse ahora con el nuevo descubrimiento del Dr. Sheldon (Columbia University, College of Physicians and Surgeons in New York). Su nueva teoría (la Somatotipia) está basada sobre categorías de individuos clasificados según tipos fisiognómicos; consecuencias de las influencias astrales (aunque no se quisiera reconocerlo!).20

No nos alejemos del tema. Comenzamos viendo los Sephiroth (los Esplendores) que son como grados situados entre el mundo de lo Incognoscible y el de la Manifestación Visible. Hay 12 explicaciones: religiosa, filosófica, demonológica, astrológica, astronómica, física, lógica, matemática, metodológica, alquímica, política y mesiánica.

Son principios, sustancias, potencias, modalidades intelectuales, entidades, órganos de divinidades, etcétera. Es siguiendo estas bases, que en las “logias” los problemas más complejos son examinados y con éstos se relacionan: los 32 grados iniciáticos, según el perfeccionamiento sobre estas 12 maneras de ver las cosas (evolución en los 12 signos del Zodíaco cada vez con los 10 Sephiroth: evocando 3 superiores para el mundo divino y 7 inferiores para el mundo físico, y también los 7 planetas, las 7 vibraciones de la gama musical, etcétera).

Queda como gran problema de las logias la “cuadratura del círculo”, se comprende como explicación en los dominios del esoterismo general, más que en la solución matemática. El origen de los problemas que plantea esotéricamente la cuadratura del círculo es que, geométricamente, todo cuadrado “n2” es expresión de la superficie de un cuadrado de lado “n”. Simbólica o cualitativamente, la producción de “n2”, significará, pues: la cuadratura de “N” en las cuatro direcciones del plano, su expansión en cruz en un plano perpendicular a la dirección del número de origen. Estas 4 direcciones están en relación con la MERCABAH (textualmente “carro” en hebreo, y por extensión se entiende el Carro de Ezequiel).

Hay que mencionar tal vez que el 4 es el número de la acción interior, aquel de la vida isótropa, la Matriz de las matrices. Es el 4 el que da cuenta de la dualidad activa, el círculo puesto en rotación por la Cruz (cuadrado 2 x 2, la primera exaltación de la dualidad). El número 4 es el Arquetipo de la involución en potencia de ser; un símbolo de multiplicación y esto nos coloca en presencia del origen de la multiplicación, cuando Dios creó a Eva de una costilla de Adán!

En el Génesis (Capítulo II, vers. 21) se dice: “Entonces Iaweh Elohim infundió un sopor sobre el hombre que se durmió y tomó una de sus costillas…”

Esta creación del elemento hembra se explica por la sexualización de los números (operación de sustraer las 2 partes afines una con otra),21 por ejemplo, en lo que concierne a la cuestión presente: 561 – 3 igual a 558 (valor de Mem, Tsade, Lamed, Ayin, Tau, Yod, Vaw).22

561 y 3 son las dos partes afines del valor secreto de 57, es decir, 1.653 (561 es leído en “permutación masculina inversa”) y 558 que corresponde a “una de sus costillas”. Este problema de la sexualización de los números es el de la involución-evolución (descomposición de los números o de sus Valores Secretos en partes afines; de ahí la consecuencia de su gravitación interna, es decir, permutaciones que permiten las re-combinaciones).

Insistamos todavía un instante en el número 1653 que vamos a analizar tomándolo esta vez mediante la lectura “femenina cerrada”23, así tenemos de una parte 16 y por la otra 35.

16 es un número que no es suministrado por el alfabeto, sino obtenido por 12 más 4 y da la raíz hebraica HEB, que define todo lo que está oculto, misterioso. Este símbolo da la idea de fecundación (sobre todo por la hendidura 8 y 8, que equivale a HEH). Su símbolo es el Huevo Órfico de la Nave de Isis.

35 es el número del último velo que separa el mundo de la premanifestación, del mundo de la manifestación (el Zohar dice “el manto” y “la capa”). Es el valor numeral de ELEH (resultante de 23 más 33), el símbolo de la creación en relación con el principio creador (Padre: 18; Madre: 8; Hijo: 9).

Henos aquí en presencia de la primera creación, pero bajo la reserva de un misterio que se explica con la descomposición de I E V E; pero veremos esto más tarde y debemos llegar al cuadro real del objeto mismo de esta pequeña obra que permanece como la presentación del Arte en su forma primitiva a fin de establecer de una vez por todas la razón de ser del artista y definir en síntesis este retorno a la mística, ese retomar los misterios a fin de establecer de nuevo un Arte que será una Misión con los artistas, que serán Misioneros y no Misionados.



* * *









Quisiera quedarme en los límites plausibles a la comprensión de las masas, pero debo apartarme algunas veces de la línea ortodoxa de exposición de mi tema porque, sin embargo, hay que ofrecer originalidad en esta presentación del arte para nuestra época.

Tantas exposiciones han sido hechas sobre la misma cuestión, que sería inútil querer ocuparse de una nueva exposición más al respecto. Pienso estar apto para dar un punto de vista distinto a aquel que meramente satisface el gusto y que generalmente es el objeto de diversos tratados de crítica de arte o de introducción a los grandes Maestros de la Historia.

Si dejo un poco la cuestión estética en un segundo plano, es por que presumo que cada uno está al corriente en nuestros días acerca de los grandes lineamientos de la música, pintura, escultura, etcétera.

Por lo demás no intento presentar un catálogo, ni siquiera introducir artistas, sino analizar las obras en su sentido real que con tanta frecuencia escapa al público en general y a los estudiantes en particular.

Es un hecho para muchos de mis alumnos de nuestros Colegios, que ante todo pensé escribir estas pocas páginas para la gloria de la Tradición Iniciática, para la salvaguarda de ésta a la cual me he consagrado y hacia la cual invito al mundo actual para preparar de una manera positiva a la Humanidad del mañana a un Destino más equilibrado y más en relación con la Misión verdadera del Hombre.





17La moderna Cosmobiología, expresión de síntesis de la verdadera ciencia astral, ha de ser considerada por su aplicación a todas las ramas del Saber, como la Ciencia de las Ciencias (Ver Grandes Mensajes, pág. 74, EDITORIAL DIANA, S.A., 1975, México)

*Nota del Coordinador de la Literatura: Ver “Yug, Yoga, Yoghismo”, del autor, pág. 154. EDITORIAL DIANA, S.A., México, 1974; y “The Hebraic Tongue Restored”, de Fabre d’Olivet, part second, pág. 24. Samuel Weiser, N. Y., 1976.

*Se trata del Sepher Yetzirah, del cual existen varias versiones. El Maestre Raynaud de la Ferrière cita aquí la traducción de Mayer Lambert (véase “Comentaire sur le Séfer Yesira ou Livre de la Creation, par le Gaon Saadya de Fayyoum. Publié el Traduit par Mayer Lambert”. Bibliothèque de l’Ecole Pratique des Hautes Études - Fascicule 85. Paris, Émile Bouillon, 1891). Ver también Yug, Yoga, Yoguismo (del autor), pág. 115. En cuanto a otras versiones, consultar “The Sepher Yetzirah”, de Carlo Suarès, Pág. 18, Edit. Shambhala Boulder, London, 1976. (Nota del coordinador de la literatura).

18Esta es la fórmula del Génesis “cruzaos y multiplicaos”.

19El Conde de Saint-Germain nacido en Leutmeritz (Bohemia, a fines del siglo XVII), fue hijo del Príncipe Rakoczy de Transilvania y es el fundador de la Asociación de San Jakin (degenerada en Sociedad de San Joaquín). Es la Revolución Francesa la que disuelve este movimiento. La Orden de Iniciados y Caballeros Hermanos de Asia, convertida luego en la Orden San Joaquín en 1786 no hace mención de San Germán, pero en cambio hay diversas asociaciones de nuestros días que lo reclaman como su “Maestro” aunque no conocen la primera palabra de su enseñanza particularmente complicada (alquimia, arqueometría, genetlíaca, magia y teurgia).

*Nota del Coordinador de la Literatura de la G.F.U.: Para un estudio detallado de las matemáticas Pitagóricas se puede consultar: “The Theoretic Arithmetic of Pithagoreans” de Thomas Taylor, Samuel Weiser, N. Y., 1972.

**Nota del Coordinador de la Literatura: en relación con la Ciencia Numeral ver: “La Bible, Document Chiffré” de Raymond Abellio, Tomos I y II. Ed. Gallimard, París, 1950.

20Nota del Coordinador de la Literatura:

Apoyando la precisión de la Astrología y la Cosmobiología, el psicólogo suizo Karl Gustav Jung publicó: “La Interpretación de la Naturaleza y la Psique” (Naturerklärung und Psyche) – Studien aus den K.G. Jung-Institute, IV - , así como los estudios de física de André Florisoone.

21Ver Libro Negro de la Francmasonería, pág. 90, del mismo autor.

22Esta es la locución “una de sus costillas” en hebreo: 558 es avatar (transformación) de 585 que figura al inicio del Génesis (10 585). El número 10 585 es la forma esotérica de 685 (Bereschith) luego de la conversión del 4 (el Beth) en su valor secreto que es 10. Este número, 10 585, es el valor secreto de 145, que, sumado a 83 (Elohim), da 228 y explica el sentido oculto del Siphra-di-Tzeniutha sobre el primer versículo del Génesis: “En el principio Dios creó los Cielos y la Tierra”. “Seis en el principio” (bereshith), “él creó seis” (Bara-Schith), este seis es tan importante que se habla de él desde el principio de la Biblia; 6 por 38 igual a 228 (producto de 145 más 83).

23En lectura femenina abierta tendríamos 61 y 53; en masculino directo haría 16 y 53, en masculino inverso 61 y 35